Los Órdenes del Amor constituyen la base fundamental de las Constelaciones Familiares.

Para profundizar en los cuatro Órdenes del Amor puedes asistir al curso Comprender las Constelaciones Familiares de nuestra escuela.

Estos Órdenes del Amor son los siguientes.

Órdenes del Amor 1: sí a todo, tal y como es

Es la máxima principal y probablemente la más difícil de cumplir.

Implica rendirnos y aceptar nuestra vida.

No significa que debamos adoptar una actitud de mansedumbre ante los acontecimientos. La rendición se hace desde el estado adulto, sin implicar sumisión infantil. Se trata de construir nuevos caminos a partir de lo que sinceramente hay delante de nuestros ojos. Con apertura de mente, con valor y desde el Amor incondicional.

Aceptar y rendirse a la realidad nos abre a algo más grande y es fuente de verdaderos cambios. Para que las novedades que deseamos aparezcan, primero tenemos que aceptar las cosas como son.

Órdenes del Amor 2: respetar la jerarquía

Los que nacieron antes son más grandes que nosotros. Esa diferencia de edad y su experiencia de vida merecen debido respeto.

En Constelaciones se trabaja la honra a la jerarquía natural del sistema. Aquí puedes ver un vídeo de Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, sobre la presencia del padre.

Ademas esto incluye también a las parejas anteriores de nuestra pareja. Cualquiera que haya llegado antes que nosotros, merece ese respeto.

Órdenes del Amor 3: la pertenencia

Todo aquél que ha nacido en un sistema pertenece a esa familia. No es correcto privar a nadie de tal atribución.

Tampoco importa si una persona vivió muchos años o sólo unos pocos días u horas. Cualquiera que haya nacido en el seno de una familia merece ser mirado como integrante de la misma, sin exclusión.

Perpetradores y víctimas merecen ese mismo respeto.

Cada vez que excluimos a alguien, todo el sistema familiar se resiente.

Por supuesto, también nosotros mismos.

Órdenes del Amor 4: equilibrar el dar y recibir

El dar y el recibir tienen que estar equilibrados. Cuando no están equilibrados, las relaciones se fracturan.

El universo tiende al equilibrio y el orden sistémico natural también. Lo que una generación dio, antes o después recibirá un pago equivalente. Esta ley puede cumplirse sobre las personas de esa misma generación o sobre los descendientes que vengan después.

Cuando no somos conscientes de lo que hemos recibido, es bueno trabajarnos el agradecimiento. Esto ayuda al equilibrio. Por ejemplo, repitiendo la frase: Gracias a todo, tal y como es.

Autora: Esther Ponce, facilitadora, maestra de Reiki y directora de la Escuela Reikiterapias.

 

 

 

 

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