Reiki, ¿cobrarlo o no cobrarlo? ¿Qué es lo correcto? Algunas personas están a favor y otras en contra.

En realidad las dos opciones tienen sentido. A continuación te explicamos lo que hay detrás de cada opinión.

Reiki, ¿cobrarlo o no cobrarlo? Opiniones en contra

Algunos reikistas piensan que NO es lícito cobrar las sesiones de Reiki

Desde este punto de vista, la Energía Universal es un bien natural que está a disposición de todos de forma gratuita. Como no pertenece a nadie, nadie puede adueñarse de su manifestación ni cobrar por ella.

Además, el método Reiki va ligado a una filosofía caracterizada por la generosidad y el altruismo. Por todo eso, muchas personas opinan que el Reiki debe siempre ofrecerse de forma generosa, desde el amor y sin esperar nada a cambio.

Reiki, ¿cobrarlo o no cobrarlo?: Opiniones a favor

Por otra parte, muchas personas piensan que cobrar las sesiones de Reiki SÍ es correcto.

Consideran que los conocimientos que han adquirido, su experiencia como reikistas y su tiempo merecen ser remunerados.

En este caso el reikista también trabaja con la actitud de amor que el Reiki requiere. El practicante de Reiki no cobra por el amor que pone en sus tratamientos (esto lo ofrece igualmente de forma solidaria) sino por los aspectos prácticos antes comentados.

¿Cuánto cobrar?

Cuando un reikista decide cobrar por las sesiones que ofrece, la siguiente pregunta que se hace es ¿cuánto debo cobrar?

Como en cualquier otra técnica, no existe un fijo estipulado. Cada reikista cobra lo que siente adecuado en su caso.

En la decisión influyen la experiencia que tengas, el nivel de Reiki y tu capacidad de canalizar. También las características de tus sesiones: por ejemplo si duran media hora o una hora completa.

Otro extra que puedes valorar es tu capacidad para utilizar algún otro conocimiento complementario en tus tratamientos. Es decir, si además de Reiki sabes reflexología o eres naturópata, esto son extras que puedes combinar con los tratamientos Reiki y cobrarlos de forma conjunta o separada.

Por supuesto, revisa también cuánto están pidiendo otras personas. Esto te va a servir para no pedir demasiado ni quedarte corto.

Además puedes tener en cuenta si tus sesiones son a domicilio o si trabajas en consulta privada. En este último caso es estimable también la zona en que está instalado el local (si tiene buenas comunicaciones, si es fácil aparcar…)

Nuestra opinión

Desde nuestro punto de vista, las dos opciones son correctas.

Pero en todos los casos, el dar y el recibir deben estar equilibrados en tu corazón.

En parte la decisión va a estar condicionada por la forma en que te dedicas al Reiki. No es lo mismo dedicarse en casa, con la familia, que de forma profesional

Si le das Reiki a tus familiares y amigos, probablemente no les vas a cobrar nada porque ellos también estarán haciendo cosas por tí en otros ámbitos sin cobrarte nada. O cuando le des Reiki a tus hijos para que se les quite un dolor, seguramente tampoco les pedirás nada a cambio porque verlos mejorar ya será pago sobrado para ti. En todas estas situaciones el dar y el recibir están equilibrados de forma natural.

Pero si le das Reiki a desconocidos y te apetece ofrecer tus sesiones de forma gratuita porque la alegría practicar Reiki ya es suficiente pago para ti, esto también es correcto. Aunque no cobres nada, el dar y el recibir estarán equilibrados siempre que te sientas bien contigo mismo. Siempre que estés contento con la labor que estás realizando y no necesites nada más a cambio, la situación es correcta.

Por el contrario, si no te sientes cómodo ofreciendo sesiones gratis, debes pedir una compensación. Y esto, ¡también es correcto! Lo importante siempre es que analices cómo te sientes con lo que haces. Sabrás que estás actuando de forma correcta si después de cobrar la sesión o de no cobrarla, te sientes bien contigo mismo.

En caso de cobrarla, asegúrate siempre de recibir la contraprestación que realmente crees que mereces.

Cobrar un bien… en vez de dinero

Por último, hay personas que prefieren realizar algún intercambio en vez de cobrar dinero.

Por ejemplo, si la otra persona saber cortar el pelo, podéis hacer un trueque. O quizá puedes cambiar tu sesión de Reiki por una merienda, una planta o un servicio cualquiera que la otra persona te pueda ofrecer.

Y también es posible combinar las alternativas: a veces cobrar y a veces no, dependiendo de las circunstancias y del momento.

Todas las opciones son posibles, nada es mejor o peor. Elige la fórmula que te haga sentir bien en cada momento.

Autora: Esther Ponce, maestra de Reiki, directora de la Escuela Reikiterapias.

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